Aceite obtenido de las semillas de rosa moschata. El aceite de rosa mosqueta tiene una textura ligera y fluida que permite que se penetre rápidamente en la piel. Indicado para el rostro y el cuerpo de todo tipo de pieles pero principalmente para la piel seca, madura y sensible, ya que ayuda a regenerar, hidratar y restaurar la elasticidad de la piel. Cuenta con ácidos grasos como omega 3, 6 y 9 que favorecen la nutrición y regeneración de la piel, también beneficia la apariencia de estrías, cicatrices y arrugas.
Dos veces al día, aplicar el aceite sobre la piel húmeda y masajear suavemente de forma circular hasta su completa absorción.
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La rosa mosqueta es un arbusto silvestre de la familia de las rosáceas con muchas propiedades. Por ejemplo, se aprovecha el aceite que proviene de sus semillas para productos cosméticos. Su capacidad cicatrizante es muy conocida, sobre todo para tratar suturas, posoperatorios y quemaduras. Altamente regenerante, activa los fibroblastos que darán lugar a la síntesis del colágeno y la elastina dérmica. Además, su carácter astringente une los bordes rotos de la epidermis para facilitar la cicatrización natural. Es antioxidante, nutre e hidrata, así como protege contra el envejecimiento prematuro y ayuda a eliminar las arrugas.
Por otro lado, en dietética, la mosqueta tiene propiedades antiinflamatorias y digestivas que, unidas a las regeneradoras celulares, son especialmente útiles en gastritis y úlceras gastro-duodenales. También posee un efecto diurético, por lo que puede ser un gran coadyuvante en casos de retención de líquidos y celulitis.
